Presiento nuevas lunas,
enciendo la linterna
y veo brillar sus rayos.
A la luz del amor,
¡cómo cantan los días
entre festivas campanadas!
Cual perfumados lirios,
las horas, tan redondas,
resbalan por mi cara.
***
Lluvia de otoño,
el murmullo del viento,
las negras uvas.
Vaga en el río,
de sus aguas preñada,
una luz de esperanza.
En la arboleda
revolotean las hojas,
sin rumbo fijo.
***
Se fue el estío,
la rama del ciruelo
aguarda su crepúsculo.
Ya se alejan las aves,
la flecha de su vuelo
mis ojos siguen.
En el oscuro invierno,
ilusiones celestes
vagarán por los ríos.
Me encanto! 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona