En el azul…,
el blanco y el dorado;
debajo, manchas de musgo.
Allá arriba, un despiadado sol
y nubes de verano. Abajo,
mi alma, sedienta de estrellas.
¿Quién ganará –me pregunto-,
cielo o mar, la batalla?
***
Las veredas del tiempo
me marcan el camino.
Sin que se oigan,
hilos de mi memoria
a ciegas vuelan.
En la mañana
brilló el amor…,
su luz cegó mis ojos.
***
Ya marchó el sueño.
La primavera
se desvanece.
En su último crepúsculo,
me inunda el aroma
de los lotos rojos.
Tras las postreras lluvias,
secaron ya sus lágrimas
los ojos del camino.
¡Genial!
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Muchas gracias. Feliz sábado.
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👍👍
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