Posado en la rama,
abre el cuco
la flor de su canto.
Por el bosque se expanden
aromas de incienso.
Con agreste fervor,
mis oídos se rinden
a sus puros sermones.
***
Enjuago mi cara
en el bucle del tiempo.
Al viento mis cabellos,
dulce fragilidad.
Con miedo a equivocarme,
por el camino avanzo.
Mi corazón se alegra,
veo las primeras nieves.
***
Volando de muy lejos,
llegan a mis orillas.
Breves notas,
cromáticas escalas,
dan sentido a mis días.
Ecos del agua,
risas del horizonte,
atardecer divino.