¡Mundo, mundos…!
La pesada luz de mis miedos,
la terrible partida hacia ninguna geometría,
unas alas en busca de experiencias más limpias, más intensas,
anhelando el encuentro con lo más alto, con lo más lejano,
entre la piel de una muerte pura,
bajo una carga que nunca se agota…
Hoy brindo por el universo, por la tierra, por la vida,
con húmedas cadencias que rompen el silencio.
Viajando por el tiempo,
libre en la infinitud del océano,
gélidos vientos, rozándome los dientes,
se expanden por mi alma
hasta besar la sangre del poeta.
Acurrucado en mis versos,
contemplo el sueño del corazón humano,
el borroso destello de su honda miseria.
Junto a la inocencia demorada en raíces,
con el corazón suspirando nuevas brisas,
tristes, mis pensamientos se alejan sin saber.