Saliendo de la luz,
desde lo más hondo del cielo,
una súbita exhalación,
por un instante,
me hizo volver a vivir aquel amor
que me llenó de intenso entusiasmo, de sanadora alegría.
Recuperé una vieja pasión
olvidada por completo,
me abracé al abismo…
Después, el sol y el silencio,
en el espacio de una lenta resurrección,
me permitieron de nuevo respirar
una serena
y anhelada forma de vida.