
Pasajero soy de una divina estrella
en la que, con alivio,
vaciar pude mi veneno interior,
mi espanto ante la vida,
la pesadilla de esa inevitable tortura
de ir a tientas,
en el espacio de una consciencia interminable,
para llorar ante lo desconocido
y sumergirme en el cieno brutal
de ese dormir sobre el horror
del que jamás nadie despierta.
👍
Me gustaLe gusta a 1 persona