
Sus risas llenan todo el aposento,
la noche se cuela en mi cofre
con lunático rumor.
En virginal espejo su candor se refleja,
mis ojos escudriñan el recinto
en busca de emociones consteladas.
Radiante luz penetra cada poro,
iluminando la blasfemia de esa luna tan fría
que atraviesa la tersa piel de mis venas.
Mi corazón quiere cubrir los huecos,
desatar los espacios,
esconder los delirios…
Bajo aterciopelado manto
escondo mis recuerdos,
con ágiles dedos
silencio mis palabras.
La mentira coagula mi lengua,
insólitas presencias,
sortilegios soñados…
Inaudibles gemidos
sangran sobre el papel.