MURMULLOS: Nocturno (II)

1

A lo lejos, extrañas luces.

¿Se acercan ya las lluvias

de otoño?

2

En el espejo del otoño

se mira el hombre,

¡tan de cerca..!

3

Al final de mis días,

bailando con la vida,

acaricio su talle.

4

¡Ya murió

otro momento!

5

Junto a la vieja lápida,

joven, la flor

exhala su perfume.

6

La premisa

del amor

es la herida.

7

¡Viejo rapsoda,

en el cielo quedaron

grabadas para siempre

tus estrellas!

8

¡Oh vida mía,

tu poema

qué difícil es de escribir!

MURMULLOS: Nocturno (I)

1

¿Dónde estás,

esencia

de las cosas?

2

¡Pequeños seres

caminan por la senda…!

En el bosque oscurece.

3

En la ópera de la vida,

el mar

es el bajo profundo.

4

¡Cómo mantiene el pato

unidas

todas sus plumas!

5

¡Sonó el gong en el templo…!

¿O es el sol que bosteza

al ocultarse?

6

Quiso robarle a la noche

su secreto;

¡pero ahí, vigilantes,

estaban las estrellas!

7

¡El color de la luna anuncia lluvia,

anuncia lluvia…!

Ella aligera el paso.

8

Borra las huellas

el fiero vendaval.

A la luz de la luna,

brilla la escarcha.

MURMULLOS: Ondas (II)

1

Siempre joven la noche…,

¡y qué dulces

sus brazos!

2

¡Seria,

croando,

la vieja rana!

3

En los brazos

del mar

se ha tendido la noche.

4

¡Una bandada

de azules mariposas

se adentra en el otoño!

5

En un cofre dorado,

la tarde esconde

su secreto.

 

6

La mar…,

¡siempre esperando

que se le acerque un hombre!

7

Con su alforja

de oro, lenta,

avanza la tarde.

8

¡A la luz de la luna,

todos los nombres

me parecen uno!

MURMULLOS: Ondas (I)

1

Reveló su sentido y, luego,

se posó en el estanque.

Leves murmullos.

2

¡Ese eterno buscar el sentido

del cielo,

y de todo lo vivo

sobre la tierra…!

3

Amanecer de estío.

De la vida me llegan,

suaves, las ondas.

 

4

¡Oh, anciano bosque,

qué bien guardas

tu secreto!

5

Abre las alas,

pía…,

¡y se aleja!

6

¡Sencilla,

honesta palabra!,

¿dónde está tu reino?

7

¡Estira su cuello la montaña,

hasta besar

el cielo!

8

En el corazón

del bosque ¡Silencio!,

grita la cascada.

NUEVAS PULSACIONES: Qué es la nada

1

¿Qué es la nada,

sino ausencia

de todo?

 

2

Retumba el trueno

pronunciando el nombre

de lo eterno.

Sobre el cielo

se abaten las sombras.

La luz

se ha marchitado.

 

3

A la sombra,

sentado, el viejo

vigila el mundo.

 

4

En la nada se pierden

todos los gritos.

 

5

Para el hombre,

todo significa algo…

¡Y es bueno que así sea!

 

6

¡Ah, en el cielo,

el eterno brillar

de las estrellas!

 

7

Ruidoso es el ser.

El tiempo, callado,

jamás se hace viejo.

 

8

Del inicio de todo,

nada sabemos.

Ante tanta ignorancia,

¿qué sentido tiene pronunciarse?

NUEVAS PULSACIONES: Toda la poesía

1

Toda la poesía

de la tierra,

en un solo crepúsculo.

 

2

Quiere el hombre poner orden,

y, en el trueno,

grita su rabia el caos.

 

3

El mundo

se va haciendo viejo…,

¡y sus luces se vuelven

de oro!

 

4

¡Ah, ordenar las palabras

de manera que revelen

su pleno sentido…!

 

5

Al croar

de las ranas,

se afirma el mundo.

 

6

¡Viejo camino;

cielo nuevo!

 

7

Abre sus alas el antiguo sentido;

vuela, y, luego, se posa…,

¡pero no expresa su significado!

 

8

¡Mirad la vieja rana:

cómo salta y salta,

sin hacer ruido!