Ni un solo caminante,
por el viejo sendero,
se enfrenta al viento del oeste.
Tiemblo ante un desconocido
y prodigioso puente que
no parece tener destino.
En la noche,
todos los demonios
suben al mismo árbol.
***
Sol que nace al oriente.
Fascinación y magia.
Vida.
Yo también deseo
renacer limpio,
sin heridas.
Sólo al borde del mundo
nacen los pensamientos
más puros.
***
En mis sueños,
el mismo cielo azul
sobre el volcán que duerme.
Brilla el sol
sobre la solitaria aldea de la montaña.
No voy más allá de ese punto.
Por el camino
que atraviesa los montes,
la calma interrumpida
por el vuelo de unos pájaros.
Con nadie hablo.
Me contesta el viento.
Y yo…