AL ALBA

En el frío arroyo,

entre blancos nenúfares,

lavo mi cara.

Veo las primeras nieves

a lo lejos, dejo que entren

en mi corazón.

Tras saludarla,

la mañana me trajo

un cesto de recuerdos.

***

En la tarde de otoño,

al maullar de los gatos,

se despertó una flor.

Noche y reposo,

lluvia y silencio siguen

las huellas de mis pasos.

¡Qué hermosura cantar, tan solo,

mientras acude el sueño!

***

A la luz

del plenilunio,

voy buscando mi nido.

No me doy prisa.

Pienso en la blanca cigüeña,

su vuelo purifica.

¡Qué gozo alzarse

sobre el cráter de la montaña!

La lava soy yo mismo.